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Dormir la siesta, ¿sí o no?

El ser humano experimenta cambios en el patrón del sueño durante su vida, modificando las horas que duerme según la etapa del ciclo vital en la que se encuentre. Así, podemos observar que un bebé necesita dormir una media de 14-15 horas y este tiempo va disminuyendo a lo largo de la vida, llegando el adulto a necesitar la mitad de ese tiempo. En los niños es muy normal la presencia de la siesta, tanto por la mañana como por la tarde y, poco a poco, estas se van suprimiendo y reduciendo a medida que vamos creciendo.

En este post analizamos si la siesta en el adulto es beneficiosa, o por el contrario es un factor que puede impedir alcanzar un sueño reparador por la noche.

¿Qué es y por qué se produce la siesta?

Dormir durante el día, casi siempre después de comer, es lo que se conoce como siesta y está muy arraigada en algunas culturas. Se produce ya que, después de unas ocho horas de habernos despertado, aumenta la somnolencia y muchas personas deciden resolverlo durmiendo durante un breve periodo de tiempo.

Sabemos que dormir muy poco de noche se asocia con problemas en la salud, sin embargo, hay controversia de los efectos en la salud de la siesta.

¿Es beneficiosa la siesta?

Tras muchas investigaciones, se puede concluir que hay consenso al afirmar que las siestas cortas (de entre 20 y 30 minutos) son beneficiosas y no interfieren en el descanso nocturno. Esto es más notorio en trabajadores a turnos, ancianos o estudiantes.

Entre los beneficios de la siesta se encuentran que potencia la alerta y mejora el rendimiento cognitivo, y que ayuda a continuar con el resto del día de una manera más activa.

Sin embargo, las siestas largas (de más de una hora), en personas que duermen las horas suficientes por la noche, no han mostrado beneficios. Además, están relacionadas con una mayor dificultad para dormir de noche, tener sueños más cortos o fragmentados y con los perjuicios de una vida más sedentaria.

Dormir de noche

Siempre que se pueda, es importante dormir en ausencia de luz y permanecer despiertos durante el día. Los humanos tenemos un reloj interno que se sitúa en el hipotálamo y que se encarga de regular los ritmos corporales, incluido el ritmo de sueño-vigilia. El período habitual de la mayoría de estos ritmos es cercano a 24 horas y se sincroniza con el ritmo ambiental diario de luz-oscuridad. En esto está implicada una hormona que es la melatonina que necesita de este ritmo ambiental para ser secretada. Lo que se consigue con esto es estar activos y despiertos durante el día para dormir y descansar de noche.

Consejos para descansar bien y estar activos durante el día

  • Regular el horario de despertar: tener una rutina ordenada, es decir, que no exista una diferencia de más de dos horas entre los días en los que nos levantamos para ir al trabajo y los días libres.
  • Evitar el ejercicio físico intenso, los dispositivos electrónicos y tareas que activan la mente al menos dos horas antes de acostarse.
  • Limitar la siesta a un máximo de 20-30 min tras la comida. En el caso de estar muy privado de sueño hay que dormir durante unos 90 min seguidos, para despertar al final de un ciclo completo de sueño.
  • Evitar cenas copiosas y muy calóricas que dificulten la digestión.
  • No trasnochar de manera habitual, ya que esto puede hacer cambiar el patrón del sueño y al día siguiente se experimentará una sensación de somnolencia y una falta de vitalidad.
  • Recurrir a preparados a base de melatonina de manera exógena. Hay situaciones en las que conciliar el sueño y que éste mantenga una estructura adecuada es complicado, por ello estos productos (disponibles en farmacia) son una buena alternativa. El objetivo es conseguir el equilibrio y lograr un buen descanso nocturno, que sin duda es necesario para afrontar el día a día de una manera más saludable y feliz.
  • Además, existen medicamentos que pueden ayudar a conciliar el sueño cuando, a pesar de los consejos, es difícil hacerlo. Están compuestos por doxilamina, que está indicada para el insomnio ocasional y consigue reducir el tiempo de inicio del sueño e incrementar la profundidad y duración del mismo. Por ello pueden ser una buena opción para las personas con dificultad para dormir y también para aquellas que se despiertan a menudo a lo largo de la noche. Está disponible en las farmacias y es allí donde te podrán aconsejar sobre su uso antes de acostarte.

Además, te invitamos a realizar el test del sueño que tenemos disponible aquí para saber qué clase de dormilón eres. Sólo por completarlo, recibirás una GUÍA PRÁCTICA en la que te desvelaremos los mejores lugares, consejos y técnicas para relajarte en tu día a día.

BIBLIOGRAFÍA

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