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No todas las personas que padecen insomnio lo sufren de la misma forma. En algunos casos el insomnio se presenta como una incapacidad para conciliar el sueño, en otros casos puede consistir en despertarse con frecuencia durante la noche o hacerlo demasiado pronto por la mañana. 

Pero además, las personas que padecen insomnio pueden presentar diferentes grados de gravedad en función de la duración de esos episodios.

¿Qué es el insomnio ocasional? 

Dentro de lo que popularmente se conoce como insomnio ocasional se pueden encontrar dos categorías diferentes: 

  • Insomnio transitorio: aquel cuya duración es inferior a una semana y que normalmente está ocasionado por situaciones estresantes como los cambios medioambientales, de horario, crisis emocionales, estrés físico... Cuando éstas remiten, el sueño suele volver a la normalidad.
  • Insomnio agudo: caracterizado por una duración de entre una y cuatro semanas, este tipo de insomnio también se suele deber al estrés aunque éste suele ser más severo que en el caso del insomnio de tipo transitorio.

Aunque el insomnio transitorio es uno de los más frecuentes y generalizados entre la población (a lo largo de un año, un tercio de la población adulta suele sufrir algún problema de insomnio, siendo la mitad de estos casos de tipo transitorio), siempre es importante determinar qué tipo de insomnio se está padeciendo para abordar el problema de la mejor forma posible. 

Para ello, además de la duración, otros factores como la frecuencia con la que se presenta el problema, las posibles situaciones desencadenantes, los factores ambientales relacionados con las características del dormitorio, o los hábitos y rutinas en relación al sueño, también son aspectos que arrojarán luz sobre el tipo de insomnio que se padece. 

Todos estos aspectos también serán muy útiles para determinar si lo que se está padeciendo es realmente insomnio, u otro tipo de trastorno como los del ritmo circadiano

En cuanto a las medidas a adoptar en caso de sospecha de padecer insomnio puntual, será de gran ayuda incorporar ciertas rutinas. Estos hábitos, englobados en lo que se conoce como higiene del sueño, contribuirán a minimizar o incluso solucionar el problema:

Manteniendo horarios regulares, y constantes a lo largo del año, tanto para acostarte como para despertarte.

  • Practicando un estilo de vida saludable a través de una buena alimentación y evitando el consumo de sustancias estimulantes como el café y el tabaco.
  • Haciendo ejercicio moderado por la mañana o a primera hora de la tarde. 
  • Creando un ambiente propicio en el dormitorio con ropa de cama confortable, aislando la habitación de ruidos y luz…
  • Minimizando el estrés con la práctica de técnicas de relajación antes de dormir, o creando un ritual de descanso que incorpore las mismas rutinas cada noche.

Si estas medidas no contribuyen a solucionar el problema, también puede ser recomendable hacer uso de complementos alimenticios que contengan melatonina, en comprimidos o en formato gotas, ya que favorecen la conciliación y un despertar sin somnolencia; o complementos alimenticios de liberación controlada que además de incorporar melatonina incluyen valeriana, pasiflora, triptófano y melisa en su composición, favoreciendo un sueño reparador y un buen despertar.

Además, los medicamentos como los compuestos por doxilamina, son efectivos en la reducción del tiempo de inicio del sueño, así como en incrementar la profundidad y duración del mismo. Avalados por las autoridades sanitarias, se dispensan en farmacias donde el profesional sanitario podrá aconsejar sobre su uso ya que éste, no debe prolongarse más de 7 días sin contar con prescripción médica.

¿Qué es el insomnio crónico?

Frente al transitorio o el de tipo agudo, el insomnio crónico presenta una duración superior, de más de cuatro semanas.

Normalmente, las personas que padecen este tipo de insomnio manifiestan tener dificultades a la hora de conciliar o mantener el sueño a lo largo de la noche, además de presentar diferentes problemáticas durante el día como bajo rendimiento, cansancio, mal humor… 

En cuanto a las causas, este tipo de insomnio puede no tener una razón evidente o deberse a diferentes enfermedades, tanto físicas como psíquicas. Esto, sumado a que el insomnio crónico representa cerca del 50% de los casos de este trastorno del sueño, pone de relieve la importancia de acudir a los profesionales médicos para que puedan diagnosticar y tratar el problema lo antes posible.

De cara a la visita médica, los diarios de sueño pueden resultar muy útiles. Anotar información relacionada con la hora de acostarse y despertarse, el tiempo que se tarda en conciliar el sueño, el número de interrupciones durante la noche, si se duerme la siesta cada día, o la percepción y calidad del sueño, ayudará al profesional médico a establecer un mejor diagnóstico.

Descarga tu diario de sueño. 

BIBLIOGRAFÍA

  1. F. López de Castro, O. Fernández Rodríguez, M.A. Mareque Ortega, L. Fernández Agüero. Abordaje terapéutico del insomnio. Elsevier. [Internet] 2012 [Consultado el 18/09/2023] Disponible en: https://www.elsevier.es/es-revista-medicina-familia-semergen-40-articulo-abordaje-terapeutico-del-insomnio-S1138359311004461
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  3. Insomnio. Pautas de actuación y seguimiento. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. [Internet] 2016 [Consultado el 18/09/2023] Disponible en: https://www.ses.org.es/docs/guia-de-insomnio-2016.pdf
  4. Insomnio. National Heart, Lung and Blood Institute. United Estates Government. [Internet] 2023 [Consultado el 18/09/2023] Disponible en: https://www.nhlbi.nih.gov/es/salud/insomnio