¿QUÉ SON LOS TRASTORNOS DEL RITMO CIRCADIANO?

Algunos procesos de nuestro organismo están regulados por ciclos biológicos que se repiten de manera recurrente, aproximadamente cada 24 horas. 

Es lo que se conoce como ritmos circadianos y entre éstos, uno de los más conocidos es el ritmo circadiano del sueño. Un proceso principalmente asociado a estímulos de luz y equilibrado por sincronizadores externos como los horarios de comida, de trabajo, de ocio… Cualquier cambio en estos estímulos o sincronizadores puede producir una alteración del ritmo circadiano que podría derivar en un trastorno.

Cómo reconocer un trastorno del ritmo circadiano

Con frecuencia, las personas tenemos distintos horarios de sueño y vigilia. Bien sea porque nuestros ritmos de vidas sean diferentes, o porque tengamos distintos cronotipos, no todas las personas mantenemos los mismos horarios y rutinas en relación al sueño. Estas variaciones, siempre que no impidan dormirse y despertarse a la misma hora todos los días o cambiar la rutina habitual si se desea, no se deberían considerar trastornos.

Las personas con trastornos del ritmo circadiano presentan un ciclo de sueño – vigilia desorganizado, al no tener su reloj interno sincronizado con el entorno, y a menudo presentan síntomas como dificultad para conciliar y mantener el sueño, somnolencia diurna durante el día, cansancio extremo o agotamiento, dificultad para concentrarse, dolor de cabeza o problemas estomacales.

Entre las causas, existen diferentes factores como ciertas afecciones genéticas, la edad, el género, no mantener rutinas de sueño regulares, permanecer en la cama mucho tiempo, la falta a la exposición a luz natural durante el día, la sobrexposición a la luz artificial durante la noche, el consumo crónico de cafeína o los viajes frecuentes en avión.

Ejemplos de trastornos del ritmo circadiano

Existen varios tipos de trastornos del ritmo circadiano. Entre estos destacan:

• Jet Lag (o síndrome de desfase horario): cuando en un corto periodo de tiempo viajamos a destinos lejanos o alejados de la zona horaria habitual, se produce un cambio en el ciclo de luz-oscuridad que puede derivar en desajustes del ritmo circadiano. Aunque se trata de una problemática temporal, existen determinadas pautas para intentar prevenirlo. 
• El trastorno de la fase de sueño retrasada (SFR): supone la alteración más frecuente del ritmo circadiano, caracterizada por un retraso estable del inicio y final del sueño, de más de horas, con respecto a los horarios convencionales. Se trata de una condición crónica que habitualmente se confunde con el insomnio ya que las personas que sufren este trastorno no logran conciliar el sueño más temprano aunque lo intenten. 
• El trastorno de fase de sueño avanzada: al contrario que en el caso anterior, este tipo de trastorno aparece cuando las personas se duermen y despiertan temprano de manera continuada, no pudiendo cambiar este patrón en caso de que se deseé. Como consecuencia las personas afectadas no pueden permanecer despiertos hasta tarde, a pesar de intentarlo. 

Diferencias entre trastornos del sueño y trastornos del ritmo circadiano

Los trastornos del ritmo circadiano se caracterizan por el desajuste entre los patrones de sueño que se presentan, frente a los deseables socialmente. Por su parte, los trastornos del sueño son alteraciones de los patrones normales que incluyen dificultades para quedarse o permanecer dormido, presentar interrupciones del sueño, quedarse dormido en momentos inapropiados, etc. 

A modo ilustrativo, esta diferencia se podría ejemplificar si tomamos como ejemplo el trastorno de la fase de sueño retrasada (SRF) y el insomnio. 

En el caso del SFR, cuando la persona que lo padece puede acostarse en su horario ideal, y no en el socialmente aceptado, no presenta problemas para conciliar y mantener el sueño. Por el contrario, las personas que padecen insomnio sí tienen problemas para iniciar o mantener el sueño, independientemente de la hora en la que se acuesten, además de tener un sueño fragmentado. 

Al igual que en el caso de los trastornos del ritmo circadiano, existen multitud de tipos de trastornos del sueño. Entre éstos se encuentran la apnea del sueño, el síndrome de piernas inquietas, la narcolepsia o el ya mencionado insomnio.

Prevención y tratamiento de los trastornos del ritmo circadiano (y del sueño)

A pesar de las diferencias, ambos tipos de trastorno presentan similitudes en cuanto a las medidas preventivas y los tratamientos.

Una de estas similitudes es la de ser conscientes de la importancia de adoptar unos hábitos de vida saludables y mantener una correcta higiene del sueño:

• Manteniendo horarios regulares de sueño.
• Evitando el consumo de sustancias estimulantes como el café y el tabaco.
• Exponiéndose a la luz natural durante el día y evitando el exceso de luz artificial durante la noche.
• Realizando ejercicio físico moderado y adoptando una alimentación saludable.
• Creando una ambiente adecuado y relajante en el dormitorio.
• Realizando un ritual diario para el momento previo acostarse que permita relajar cuerpo y mente.

Además, en casos como el jet lag o el trabajo por turnos, también puede ser recomendable hacer uso de complementos alimenticios que contengan melatonina, en comprimidos o en formato gotas, ya que favorecerán la conciliación y un despertar sin somnolencia; o complementos alimenticios de liberación controlada que además de incorporar melatonina incluyen valeriana, pasiflora, triptófano y melisa en su composición, favoreciendo un sueño reparador y un buen despertar.

En el caso de episodios de insomnio puntual, puede ser recomendable hacer uso de medicamentos avalados por las autoridades sanitarias como los compuestos por doxilamina. Efectivos en la reducción del tiempo de inicio del sueño, así como en incrementar la profundidad y duración del mismo, se dispensan en farmacias donde el profesional sanitario podrá aconsejar sobre su uso ya que éste, no debe prolongarse más de 7 días sin contar con prescripción médica.

BIBLIOGRAFÍA

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